martes, 3 de abril de 2007

PAISAJE: ALFREDO ROCHA ZEGARRA

Publicamos este artículo por la calidad cívica y artística del autor, quien narra sus percepciones sobre los pueblos de nuestra provincia y como una forma de ver cuanto han cambiado ahora estos pueblos de nuestro Celendín (La redacción).

HUACAPAMPA


Por Alfredo Rocha Zegarra
Escrito en 1954

Bello como una arcadia es este maravilloso pueblecito de Huacapampa, llamado ahora, por la veleidad snobista de un fascista diputado, José Gálvez. Pueblo también de tejedores y de gente muy trabajadora, muchos de ellos negociantes que han viajado mucho. Todos sus habitantes tienen ahora la vocación de salir del pueblo, porque llegado un momento no hay en qué ver el medio o dinero.Hace falta un tecnológico plan de fomento local de riqueza.

Apunte de Alfredo Rocha Zegarra.

En este pueblo vivió gente extraordinariamente bella. Sus mujeres dieron prestigio nacional a la belleza celendina. Aquí hay tipos o fisonomías tan bien proporcionadas que nos dan la impresión de ser gente extranjera. Casi todos ellos son emparentados con las gentes de Celendín y el Huauco.
Las plantas del primer plano son limoneros. Es la placita más perfumada de la provincia aunque la modestia de la iglesia casi habla de la vocación comercial del lugareño. Huacapampeños hay ahora haciendo una portentosa población flotante por todo el Perú.
Huacapampa tiene la añoranza para el celendino del JUEVES DE TORNABODA. Sus lecheras madrugadoras compensan la escasez de las ubres de sus vacas con las aguas de las vertientes o pozos. A Celendín llegan las jarras de leche con bien disimulada cantidad de agua y a veces con unos insectos nadadores que llamamos Escribanos.
No tiene agua, ni desagüe, pero la ciudad es limpia. Adolesce de ausencia de servicios médicos. No tiene luz o alumbrado público. Sus gentes son muy cordiales y acogedores

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