lunes, 27 de octubre de 2008

REVISTA: La celendina INTEGRIDAD

En Espina de Maram estamos rescatando las revistas y periódicos que en diversas épocas contribuyeron a forjar conciencia colectiva en el marco cultural. En esa ruta es imperativo mencionar a Marañón, El Golpe, Trotamundos, Jelij, El Labrador y otras que tienen méritos suficientes. Poco se conoce de la revista Integridad publicada y dirigida por celendinos allá por el año 1926. En Arteidea No. 5-6, revista de cultura, Lima, el año 2002 apareció un artículo con referencia a Integridad. Por razones de edición extraemos sólo algunos párrafos para conocimiento de nuestros lectores (NdlR).

INTELECTUALES DE CELENDÍN, CAJAMARCA
LA GENERACIÓN "INTEGRIDAD"
Por César Aliaga Díaz *
Llamamos “Generación Integridad” al grupo de celendinos que animó el mensuario del mismo nombre editado por el Centro Celendín de Lima, entre 1926 y 1930, en tanto expresaron los rasgos típicos atribuibles a toda generación: coetaneidad entre sus miembros, misma influencia en la formación de su pensamiento y acción colectiva en el mismo espacio histórico.
La influencia libertaria en este grupo de jóvenes celendinos, obreros, comerciantes y estudiantes en su mayoría, se deja notar en el hecho de que reactualizaron el nombre del primer periódico de los fundadores del anarquismo peruano, La Integridad, fundado por Gonzáles Prada, y “El Tunante”, en 1889.

Funerales de David Sánchez Infante (Foto cortesía de Magda Aliaga Bardales).

El más destacado de los integrantes de la Generación, el sorochuquino David Sánchez Infante, tiene una formación libertaria evidente por lo menos en los escritos de esa época. En efecto, es muy fácil encontrar los rasgos del credo anarquista en muchos de sus textos.
De otro lado, el que fue varias veces director de Integridad escribió valientes artículos contra los abusos cometidos por la Guardia Civil. Actitud que le costó una detención y un allanamiento al local del Centro Celendín, el 25 de abril de 1927.
La Generación Integridad siguiendo esta hermosa tradición puso la labor concientizadora como eje de su acción. En el local del Centro Celendín, en la calle Plumeros 332 de Lima, se desarrolló un sinnúmero de conferencias y veladas culturales y se organizó una biblioteca. El periódico mismo fue entendido como un vehículo de cultura, en el cual junto a la expresión de líneas políticas se incorporaron nociones generales de instrucción básica.
Pero el dato más interesante de la influencia del socialismo es la relación de Integridad con Armando Bazán, un intelectual nacido en Celendín y apreciado por sus redactores. Se debió a él, seguramente, que el vocero del Centro Celendín se haya editado en la Imprenta Minerva de Mariátegui.
La coyuntura de la crisis política de los años 30, contribuyó a la definición rápida de muchos de los miembros de Integridad hacia el aprismo.
No obstante, otro miembros, aunque pocos, afiliaron al socialismo: Miguel Montoya Chacón, por ejemplo, aun cuando sea posible incluir en este grupo a quienes formando parte del Apra auroral, fundaron en los años 50 el Apra Rebelde (1), que luego dio lugar a la formación del MIR, como fue el caso de Máximo Velezmoro.
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* César Aliaga Díaz. Celendín, 1964. Abogado, actualmente docente en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Cajamarca.
(1) El Apra Rebelde fue fundado a fines de 1959, cuando un grupo de dirigentes juveniles del Apra de Trujillo es expulsado de la reunión del CEN del Apra, en Lima, por reclamar vigorosamente el retorno del partido a sus principios revolucionarios primigenios y el abandono de la vergonzosa "convivencia" con el régimen derechista y "aristocrático" de Manuel Prado. En ese grupo, junto a su líder, Luis de la Puente Uceda, se encontraba otro celendino, Manuel Pita Díaz (NdlR, Espina de Maram).

miércoles, 15 de octubre de 2008

POESÍA: Hallazgo reciente

"LEJANÍAS", DE MARCO SÁNCHEZ ROJAS
Por Jorge Horna
Una grata sorpresa ha sido ubicar el poemario Lejanías (Imprenta Rocarme S.A. Lima, 1972) y a su autor, Marco Antonio Sánchez Rojas (Celendín, 1947). Él actualmente reside en Lima. Ha sido la labor de búsqueda e indagación que nos ha entregado la dicha de un encuentro desbordado de generosidades y posibilidades de retomar el camino hacia pretéritos bríos literarios.
Marco Sánchez fue alumno en la Escuela No. 81 y en el colegio Javier Prado (hoy Coronel Cortegana); es profesor de Lengua y Literatura graduado en la Universidad Nacional de Cajamarca; a los 24 años de edad publicó su poemario Lejanías.
Ejerció sus primeros años profesionales en Tumbes, donde se ligó a los grupos literarios y culturales de esa ciudad. En 1976, en el libro Poemas Inéditos (muestra de poesía tumbesina) editado por la Cooperativa San Nicolás, se incluyeron sus poemas.
En el suplemento Crónica Cultural del diario limeño La Crónica, también fue publicado su poema Padre nuestro, en una antología de la poesía producida en Tumbes.
Las limitaciones económicas personales y la ausencia en nuestro país de una verdadera política cultural, no han permitido que Marco Sánchez haya continuado publicando otros poemarios que él conserva como postergados pero latentes proyectos.
Como trabajador de la educación, convencido de que sólo la lucha arranca reivindicaciones, durante la histórica huelga sindical del año 1979, fue cesado durante un año de su puesto de profesor.
Su inquietud literaria le impulsó a publicar junto a otros colegas del Centro educativo “24 de julio” en Tumbes, un Informativo homónimo, en uno de cuyos números, Marco dio a conocer un estudio analítico con el título de: Javier Heraud, símbolo de la juventud (próximamente lo publicaremos en Espina de Maram).
La poesía de Marco Sánchez Rojas se nutre de los pesares y peripecias de la vida, el dolor de los desposeídos lacera el alma del poeta, pero en un acto de solidaridad cuestiona al sistema opresivo e inhumano que padecemos. Reivindica a la tierra herida por la codicia.
En lontananza los recuerdos y las huellas de la infancia son recogidos y expresados con esperanza y ternura. El poeta aspira a un mundo nuevo, armónico y justo.

Marco Antonio Sánchez Rojas, tercero de los de pie, de derecha a izquierda.

Aquí sus poemas:

A CELENDÍN
Patria de vagabunda cuna
con raras estrellas,
te miro desde mi soledad
nostálgica y sombría,
te miro cautivo
desde la inmemorial distancia.
Celendín,
estás en mi sangre;
me dejaste el alma de tus tardes,
de tus rocas y el corazón.
Mis primeros pies
hollaron tu suelo
y mis primeros sueños
posaron en ti.
Era un niño cuando llegué
a mis amigos de labios tempranos
y mirar ingenuo;
y en los cuartos amorosos
y llenos de abrigo,
la paja olorosa enredó mis pasos
Y en sus manojos dormía.
(…)
Y las mujeres cual gemas
de un cuento de encantos
se han perdido de mi sueño
mientras las madres solas
tejían sombreros.
Así envejecían
sus finas manos
hoy muertas
por el pan y el trigo.

INFANCIA
En el ayer tendidos
lloran los ojos puros
lánguidos y absortos
de la infancia;
queda el húmedo surco
con su fruta olorosa
en mis labios ingenuos,
y en la envejecida rama
mis manos invisibles posan.
Voy hacia el pasado y escucho
los cuentos hermosos
en los novilunios;
las blancas ninfas
y el ladrar del “Choco”
Ya no estaré a tu orilla
bullicioso Haway;
no a tu brisa, no a tus aguas
quedo a solas en la vida.
Lumbay,
mis pies tratan en vano
de ambular tus caminos;
de acariciar los mangos, el mamey
sobre la tierra
¡Oh! tus tardes
perdidas en la sombra
con fervientes plegarias,
inasible Lumbay.

* (Haway y Lumbay, río y fundo agrícola, en las inmediaciones del distrito de Balsas).

OTRO TIEMPO
Ayer he caminado y recordaba
que estuve jugando
con carritos de barro;
jugaba por la heridas de la tierra
que aún no eran hondas.
No sé si estoy cansado,
fue pobre el ayer,
y es mísero el presente.
He caminado
y apenas quedan huellas,
y busco otro suelo
sin espinas contra el tiempo
Voy viendo cuerpos pesados,
crucificadas manos
añorando otros mares.

PADRE NUESTRO
Padre nuestro
¿tú enseñaste a los hombres
la misma jerarquía
de los cielos?
Ahora
dime, tú hombre
tú que no puedes engañarme
¿quién dio a los reyes y tiranos
derechos sobre el hombre?
¿Quién les entregó el patrimonio
de la tierra y el mar?
Y en este instante doloroso de mi vida
Dime, hombre
¿a dónde iré para pedir justicia?
Han matado a mis hermanos
en el antro de las minas
a través de una agonía de cuarenta años,
mataron también a mis hermanos
en la zafra, en las grandes fábricas
y sus hijos heredaron
oprobio, abusos, malos tratos.
¡Ah!
la justicia murió siendo aún niña
por manos de unos jueces
cuyos padres la parieron.
¿A quién alzan sus ojos los desconsolados,
los abandonados,
los enfermos incurables,
si Dios también ha muerto
y el cielo se ha caído
a este infierno de la tierra?
Ni siquiera el bautismo
ha borrado en mis hermanos
el estigma del pecado original:
el ser pobres.

lunes, 6 de octubre de 2008

LIBRO: Garrido Malaver por Santiago Araujo V.

CELENDÍN Y JULIO GARRIDO MALAVER
Por Jorge Horna
Así se titula el libro de Santiago Araujo Velásquez (Celendín, 1928), publicado en Lima el año 2003. Es un volumen de 300 páginas, inclasificable por la diversidad de sus contenidos. En él hay rasgos biográficos del poeta Julio Garrido; facetas de su militancia política en el partido aprista; fragmentos de su producción poética y narrativa y la valoración crítica literaria.
Desde el primer libro publicado por Garrido: Vida de pueblo (1940), pasando por su abundante poesía en otros libros, hasta su laureado poemario La dimensión de la piedra aparecen en sus páginas.

Un homenaje diverso...

En otro capítulo, Santiago Araujo Velásquez. recoge la narrativa que Julio Garrido Malaver también cultivó. Hay textos y fragmentos de los relatos y cuentos: La Guacha, Creo en ti, Elogio a la soledad; y de las novelas: El Frontón y El camino que no llegó.
El libro Celendín y Julio Garrido Malaver nos conduce a la prolífica e importante labor literaria de este escritor, y contribuye al mejor conocimiento de este.
En mi opinión, un aporte novedoso es la información sobre Garrido Malaver político; las crónicas acerca de su militancia nos muestra al hombre de partido, comprometido y leal a los ideales revolucionarios primigenios del APRA. Su actitud autocrítica, crítica y contestataria en el seno mismo de su organización, ante la burocratización, el oportunismo, la mediocridad, los intereses personales y de grupo de ciertas instancias de la dirigencia.
Pero, mejor leamos estos juicios textuales del propio Garrido Malaver que aparecen en el libro de Santiago Araujo Velásquez.
“Hace muchos años -hablo de los apristas verdaderos- condenamos, irrevocablemente, como sistema de Vida, de Gobierno y de Mando, el pago por favores políticos, las coimas, las distinciones, los títulos honoríficos inmerecidos…” (pag. 85)
“Recuerdo, con una incurable dosis de amargura, que siempre tuvimos frente a nosotros a personajes que nos impusieron sus dictados con ácida saliva, faltos de calor fraterno, acérrimos defensores de sus fórmulas y modelos.” (p. 90)
“…se trataba de la envidia, de la cobardía y del temor que corroía a mis acusadores, pensando que yo podía cerrarles el paso, como muchas veces lo hice en defensa del Partido, para que no arribaran a dónde y hasta dónde tenían puestas las miradas de hambrientos de poder y de dinero.” (p. 92)
“¡Apenas levantamos nuestras voces limpias, incontaminadas, originales, transparentes, libres, las condenaron al silencio hiriéndonos en lo más vital y superior… Tampoco he olvidado que la corrupción y cobardía, tanto como las complicidades, fueron y todavía son armas y recursos de dominio de los enemigos del futuro, de los enemigos del Pueblo, enemigos de la libertad y de toda justicia.” (p. 93)
“…siempre estuve distante del Jefe del aprismo, distante de la intimidad partidaria y no por voluntad ni por el dictado de Haya de la Torre, sino porque en los últimos años, más de treinta de batalla,… la maledicencia y la intriga marcaron esa quiebra en mi trayectoria de militante y de dirigente…”. (p. 97)
“Vivo orgulloso de mi pobreza. A nadie le he quitado su pan.” (p. 104)
“Y expresé mi oposición porque Alan nunca había manejado a fondo el partido ni concordado con todas las jerarquías del aprismo.
Y cuando nuestro joven compañero llegó a la Casa de Pizarro, por no conocer a su Partido, buscó apoyo y colaboración en sus amigos personales y en algunos apristas de pálida figuración.” (p. 109)
“Y ante las anomalías que denuncio y muchas otras faltas de honestidad y de respeto al partido y a su historia, yo protesté y, como nadie responsable del Congreso tuvo la honestidad de responderme, decidí usar mi derecho de no concurrencia y, por primera vez, no asistí a un Congreso Nacional partidario”. (p. 111)
Santiago Araujo Velásquez ha complementado su primer libro con otro volumen titulado Julio Garrido Malaver. Rasgos de su vida y obra (Editorial Orus. S.A. Lima, 2006). En próxima ocasión lo comentaré.
Lima, setiembre 2008