Mostrando entradas con la etiqueta David Sánchez Infante. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta David Sánchez Infante. Mostrar todas las entradas

sábado, 17 de octubre de 2009

POESÍA: Luceros madrugadores de Mayo

Cobijados bajo el sugestivo cielo de nuestra tierra, nacieron, allá en el siglo XIX,Pedro Ortiz Montoya, Pedro García Escalante “El Búho”, Nazario Chávez Aliaga, David Sánchez Infante; poetas intensos todos ellos que se dieron a la tarea de escribir, a versificar los torrentes de imaginación e ideas que les proponía la vida y a traducirlas en palabra embellecida.

Pedro Ortiz Montoya (Celendìn, 1853) es el primer poeta celendino del que se tiene noticia; dedicado a la docencia, en su tierra fue uno de los impulsores de la creación del colegio particular “Celendín”, que años después dio origen al colegio “Javier Prado” (hoy IE. Coronel Cortegana). De su inspiración, un fragmento del famoso poema A Celendín:





A Celendín

Lirio gentil que floreces
en las hermosas praderas,
que extiende a las riberas
el coloso Marañón.

¡Celendìn! patria amada
precioso edén encantado
por ti siempre enamorado
latir siento el corazón.

Del inca en la tierra clásica
formas la mansión querida
preciosa perla escondida
en la región andina;

y un porvenir luminoso
te sonríe patria amada,
en la tierra afortunada
el Perù septentrional.


Pedro García Escalante (Huacapampa, José Gálvez, 1886) solía usar el seudónimo “El Búho”. También fue docente de educación primaria en su lugar de origen. Dirigió publicaciones periódicas: “El Cometa”, “El Progreso” y otras. Aquí dos estrofas de su poesìa:














Preludio (Canto épico)

Yo, ante el recuerdo de tu patria historia
templar mi lira con fervor quisiera
si de la musa el cantar tuviera
el ritmo dulce que eterniza gloria.

Mi pobre musa con su ignota lira
apenas puede preludiar su canto,
y sólo la fuerza del deber levanto
mi voz escasa que sin eco expira.

Y sólo acepta por su hazaña el canto
que es un poema que a tu historia adhiero,
y el recuerdo de tus glorias quiero
sublime lira mi poder no es tanto.


Nazario Chávez Aliaga (Huauco, Sucre, 1891). Se abocó al periodismo y dirigió el periódico “El Perú” en la ciudad de Cajamarca; ensayista y cronista de su época, devino en la actividad política, sus fluctuaciones al respecto son controversiales y polémicas. Publicó varios libros de poesía y abrazó la corriente vanguardista.De don Nazario mostramos un fragmento de su poema Hora gris:












Hora gris

Es tarde. La lluvia cae lenta
Las sombras se acuestan muellemente en los llanos
La luz va muriendo en mi propia presencia
Y en mi alma ha clavado sus garras la tristeza…

Es tarde. La lluvia cae lenta,
el dolor golpea mi casa como un mendigo
el silencio grita como ganso en mi pecho
y una noble amargura se hospeda en mi alma.

Es tarde. La lluvia cae lenta,
no sé que soledad me ha invadido,
que al querer protestar de esa amargura,
agonizan mis palabrascomo cisne en la sangre.


David Sánchez Infante (Sorochuco, 1895); este gran sorochuquino, para gloria de todo Celendín, desplegó en su corta existencia una actividad fructífera en aras de la justicia social, las reivindicaciones y las esperanzas populares. Fue docente en el colegio “Celendín” de aquellos años; propició en la ciudad un espacio educativo-cultural denominado “Asambleas Sabatinas”. Uno de sus producciones literarias más logradas es “El Nuevo Evangelio de Celendín”. Dirigió con coraje, en Lima, la revista “Integridad”. De Sánchez Infante esta muestra poética:



Mi anhelo

Si tú me preguntaras patria mía
cuál es única gloria que anhelo,
para que tú con amoroso celo
me la concedas, como madre, un día.

Emocionada el alma de alegría,
a ti que eres mi amor y mi consuelo,
con filial devoción y sin recelo
sólo de morir por ti, te pediría.

Morir, por defender tu sacrosanto
e inmaculado honor, en cruento duelo,
para que, en premio de que amo tanto.

Y al brindarte mi vida toda entera,
me des por tumba tu bendito suelo,
y por mortaja tu feliz bandera.

.

domingo, 15 de febrero de 2009

LETRAS: Conmovedor hallazgo


EL EVANGELIO DE SÁNCHEZ INFANTE
Por Jorge Horna
Con Jorge Roncal Rodríguez, editor, difusor e impulsor de la literatura escrita en los lugares más apartados de la patria, había conversado de mi interés por los escritores celendinos de todos los tiempos. Cierto día, con el entusiasmo de siempre, me alcanza un documento que él guardaba con esmero en sus archivos: Reflexiones, Cuadernos de Cultura y Crítica, No. 2, publicado en Lima en junio de 1992, cuyo consejo editorial estuvo conformado por los celendinos César Sánchez Medina, Otto Díaz Mori y César Aliaga Díaz.
En esta modesta revista hay una importante nota de César Aliaga Díaz y el conmovedor canto épico de David Sánchez Infante, que transcribo textualmente abajo. Dice la nota:

"Recuperamos para nuestra época este peculiar Nuevo Evangelio de Celendín, valioso no sólo por su forma literaria, sino por su contenido. Esencial, en nuestra opinión, para conocer el pensamiento social de nuestro pueblo.
Su autor, David Sánchez Infante, expresa una profunda fe igualitaria y libertaria (debido a su formación gonzalespradista) y resume en este canto antigamonalista, escrito entre 1929 y 1930 con motivo de una recuperación de tierras comunales por el pueblo de Celendín, el espíritu de una generación de hombres e ideas que se reunieron en "Integridad", órgano mensual del Centro Social Celendón (1926 - 1930)
Acerquémonos, pues, a este canto, cuya forma y fuerza expresiva recuerda las poderosas voces de los profetas bíblicos más cercanos al sufrimiento y esperanzas de su pueblo, Zacarías por ejemplo."

EL NUEVO EVANGELIO DE CELENDÍN (*)
Por David Sánchez Infante

GÉNESIS

Capítulo I
1. En el principio creó Dios los cielos y la tierra y cuanto existe.
2. Y vio Dios que los cielos y la tierra y cuanto existe eran buenos.
3. Entonces dijo al hombre: todos los hombres sois hermanos.
4. Yo soy el padre y cuanto he creado es para vosotros.
(...)

Capítulo II
1. Así los hombres comenzaron a usufructuar la tierra.
2. Al principiop eran pocos y pocas sus necesidades.
3. Y la tierra sin cultivo ninguno, les brindaba el sustento.
4. Era la tierra un paraíso porque la tierra era de todos. (...)

Capítulo III
1. Y conoció Caín a la injusticia y ésta concibió y parió a los reyes, a los caballeros feudales, a los gamonales y, en general, a todos los detentadores de la tierra.
2. Y la tierra en poder de unos cuantos fue convertida en escenario de mil expoliaciones.
3. Los débiles fueron soguzgados y esclavizados.
4. Los débiles tuvieron que cultivar la tierra con el sudor de su frente para la felicidad, ocio y provecho de los detentadores. (...)

LOS REDENTORES
1. Empero estaba escrito que de la Justicia nacerían los que debían quebrantar la cabeza de la Ambición y su prole.
2. Y en el curso de los siglos ellos nacieron en diversos puntos del globo.
3. Abiertos los ojos a la vida la hallaron injusta y trataron de mejorarla.
4. Y esos hombres fueron el Verbo y el Verbo fue Acción. (...)

APOCALIPSIS
1. El libro de los siete libros ha sido abierto.
2. Se acercan los días del Señor, que son de paz, armonía, de amor.
3. Pero antes tendrá que enrojecerse el Sol y la Luna como en el país del Hielo o el país del Trópico.
5. Antes tendrán que ser crucificados, perseguidos y calumniados muchos Jesús. (...)

FINAL
1. Desde hace algunos días trataba de escribir "El levantamiento de los comuneros de Celendín".
3. Es que pensaba a la vez en mi propio destino y el destino del pueblo al que he ofrecido mi concurso en esta hora de prueba.
4. Y ya todo lo daba por perdido cuando he aquí que oigo una voz dentro de mí mismo que me dice ¡Escribe!
9. I escuchando esa voz misericordiosa he escrito a vuela pluma. I he aquí como ha nacido este nuevo evangelio para el pueblo que amo: Celendín. (...)

(*) Por razones estrictamente de edición, presentamos fragmentos.