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martes, 25 de enero de 2011

CAJAMARCA (Tomo V) de Nazario Chávez Aliaga

El año 2010 fue generoso para mí en lo literario bibliográfico. A medio mes de diciembre una tarde íbamos por el jirón Quilca con la sed de conversar: José Luis Aliaga, Jorge Chávez Silva y el que redacta esta nota. En una de las atiborradas tiendas de venta de libros usados, el ojo avizor de “Charro” divisó un libro de gran formato: CAJAMARCA de Nazario Chávez Aliaga; nos detuvimos en seco, José Luis se apresuró a preguntar el precio; el anciano vendedor balbuceó algo. ¡¿Cien soles?!, José Luis quedó pensativo calculando una rebaja . “Charro” volvió a preguntar el costo. Diez soles fue la respuesta; JL sin chistar palabra, lo compró.

El Huauco, la tierra de Nazario Chávez Aliaga. (Foto archivo CPM)

En la antigua panadería Huérfanos, en la esquina de Azángaro y Puno tomamos unos refrescos. “Charro”, mientras fijábamos los hitos de nuestro diálogo, revisó minuciosamente las 335 páginas del libro. Democrática fue la decisión para que yo lo llevara a mi hogar para leerlo.

El quinto volumen de la monografía CAJAMARCA, editado y publicado en Lima en octubre de 1958, está organizado en cuatro capítulos. El primero acopia biografías de las Mujeres ilustres de Cajamarca.

En el segundo capítulo el autor relata en 24 páginas su trayectoria intelectual, su paso por el periodismo (en la ciudad de Cajamarca fundó y dirigió el periódico “El Perú”), sus acercamientos políticos, su paso por el parlamento como diputado, su viaje como tal a Estados Unidos invitado por Sam Rayburn, presidente de la Cámara de Representantes.

Las entrevistas y declaraciones que dio a los medios periodísticos de ese país, son controversiales. En otro escrito analizaré las mismas.

Escritores Contemporáneos de Cajamarca es el subtítulo del tercer capítulo. Allí están resumidos los datos biográficos de 52 personajes de varias provincias de Cajamarca. Sin desestimar la importancia de algunos, mi interés se centra en los escritores celendinos mencionados por Nazario Chávez Aliaga. De cada uno de ellos transcribe los textos que produjeron.

De Vicenta Bazán de Araujo, está la trascripción completa del poema “Dolora”. De Armando Bazán Velásquez se publica un texto arenga: “Marcha triunfal de Bolívar por América, antes de su muerte prematura”.

Del propio autor de CAJAMARCA, NChA, varios poemas románticos, entre ellos “Resignación”. El texto completo de “Canto a la primavera en varios momentos” y una prosa poética de La tierra de los niños, cuyo autor es Julio Garrido Malaver. Los cuentos “Los huertos de don Eugenio Vera” y “Querencia” de Alfonso Peláez Bazán.

De Irene Pereira de Vásquez hay un poema perteneciente a su libro Cajamarca la bella. Y de Marcial Silva Pinedo, el bello poema “Mi retornar sin pasos”.

No figuran Pedro Ortiz Montoya ni David Sánchez Infante, que ya por esos años habían dado a conocer sus escritos, con un nivel relevante.

En el cuarto capítulo, NChA expone los comentarios textuales e íntegros de estudiosos, literatos y políticos de la época, acerca de sus propios libros: Liberación, Vértice y Parábolas del Ande. Mariano Iberico, Emilio Romero; Antenor Orrego, Armando Bazán, Luis Alberto Sánchez; Eudocio Rabines, Esteban Pavletich, son algunos de los opinantes. Es destacable la carta fechada el 23 de junio de 1929 dirigida a Nazario, enviada desde París por el poeta César Vallejo, felicitándolo por el poemario Parábolas del Ande.

En otro subtítulo: Artistas cajamarquinos, también está considerado el celendino Alfredo Rocha Zegarra (aunque algunos investigadores afirman que nació en Sucre, NChA lo consigna Celendín). Junto a sus datos biográficos, su poema “Inti Raymi”, además de dos estampas del pintor: Cristo surrealista y La tejedora.

Intuyo que en los otros cuatro tomos de la monografía CAJAMARCA, habrán informes interesantes referidos a los diversos aspectos de nuestro departamento de origen (hoy denominado región). Merecen leerlos.


Jorge Horna

Lima, enero de 2011

sábado, 17 de octubre de 2009

POESÍA: Luceros madrugadores de Mayo

Cobijados bajo el sugestivo cielo de nuestra tierra, nacieron, allá en el siglo XIX,Pedro Ortiz Montoya, Pedro García Escalante “El Búho”, Nazario Chávez Aliaga, David Sánchez Infante; poetas intensos todos ellos que se dieron a la tarea de escribir, a versificar los torrentes de imaginación e ideas que les proponía la vida y a traducirlas en palabra embellecida.

Pedro Ortiz Montoya (Celendìn, 1853) es el primer poeta celendino del que se tiene noticia; dedicado a la docencia, en su tierra fue uno de los impulsores de la creación del colegio particular “Celendín”, que años después dio origen al colegio “Javier Prado” (hoy IE. Coronel Cortegana). De su inspiración, un fragmento del famoso poema A Celendín:





A Celendín

Lirio gentil que floreces
en las hermosas praderas,
que extiende a las riberas
el coloso Marañón.

¡Celendìn! patria amada
precioso edén encantado
por ti siempre enamorado
latir siento el corazón.

Del inca en la tierra clásica
formas la mansión querida
preciosa perla escondida
en la región andina;

y un porvenir luminoso
te sonríe patria amada,
en la tierra afortunada
el Perù septentrional.


Pedro García Escalante (Huacapampa, José Gálvez, 1886) solía usar el seudónimo “El Búho”. También fue docente de educación primaria en su lugar de origen. Dirigió publicaciones periódicas: “El Cometa”, “El Progreso” y otras. Aquí dos estrofas de su poesìa:














Preludio (Canto épico)

Yo, ante el recuerdo de tu patria historia
templar mi lira con fervor quisiera
si de la musa el cantar tuviera
el ritmo dulce que eterniza gloria.

Mi pobre musa con su ignota lira
apenas puede preludiar su canto,
y sólo la fuerza del deber levanto
mi voz escasa que sin eco expira.

Y sólo acepta por su hazaña el canto
que es un poema que a tu historia adhiero,
y el recuerdo de tus glorias quiero
sublime lira mi poder no es tanto.


Nazario Chávez Aliaga (Huauco, Sucre, 1891). Se abocó al periodismo y dirigió el periódico “El Perú” en la ciudad de Cajamarca; ensayista y cronista de su época, devino en la actividad política, sus fluctuaciones al respecto son controversiales y polémicas. Publicó varios libros de poesía y abrazó la corriente vanguardista.De don Nazario mostramos un fragmento de su poema Hora gris:












Hora gris

Es tarde. La lluvia cae lenta
Las sombras se acuestan muellemente en los llanos
La luz va muriendo en mi propia presencia
Y en mi alma ha clavado sus garras la tristeza…

Es tarde. La lluvia cae lenta,
el dolor golpea mi casa como un mendigo
el silencio grita como ganso en mi pecho
y una noble amargura se hospeda en mi alma.

Es tarde. La lluvia cae lenta,
no sé que soledad me ha invadido,
que al querer protestar de esa amargura,
agonizan mis palabrascomo cisne en la sangre.


David Sánchez Infante (Sorochuco, 1895); este gran sorochuquino, para gloria de todo Celendín, desplegó en su corta existencia una actividad fructífera en aras de la justicia social, las reivindicaciones y las esperanzas populares. Fue docente en el colegio “Celendín” de aquellos años; propició en la ciudad un espacio educativo-cultural denominado “Asambleas Sabatinas”. Uno de sus producciones literarias más logradas es “El Nuevo Evangelio de Celendín”. Dirigió con coraje, en Lima, la revista “Integridad”. De Sánchez Infante esta muestra poética:



Mi anhelo

Si tú me preguntaras patria mía
cuál es única gloria que anhelo,
para que tú con amoroso celo
me la concedas, como madre, un día.

Emocionada el alma de alegría,
a ti que eres mi amor y mi consuelo,
con filial devoción y sin recelo
sólo de morir por ti, te pediría.

Morir, por defender tu sacrosanto
e inmaculado honor, en cruento duelo,
para que, en premio de que amo tanto.

Y al brindarte mi vida toda entera,
me des por tumba tu bendito suelo,
y por mortaja tu feliz bandera.

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