miércoles, 31 de diciembre de 2008

CUENTO: Jorge Díaz Herrera

Siempre me pregunté el por qué de aquello que los perfumes más exóticos vienen en frasco pequeño. Hoy he descubierto que es porque encierran la esencia del perfume, producto tal vez de un sinuoso alambicamiento de alquimistas que permite encontrar el espíritu de cada cosa. Lo mismo sucede con el arte: un caricaturista, por ejemplo, es mejor cuando logra sintetizar en una línea la personalidad del personaje. Pero ¿Cómo sintetizar toda una historia en unas pocas líneas? Nuestro escritor Jorge Díaz Herrera nos da una muestra de ello en este hermoso cuento. En él, el paso del tiempo es un elemento añadido que podemos manejar de la forma que mejor interpretemos. (NdlR)

AL FIN MARIA JUDITH
María Judith pudo haber sido feliz desde el día que se lo propusiese. Los muchachos del barrio hacían lo indecible por ganarse su corazón, mas ella endurecía el rostro y desbarataba con sus desdenes los afanes de todo pretendiente. La puerta de su casa era una primavera. Al fin, María Judith bajó la guardia y salió al aire libre de la calle risueña y dispuesta a conceder. Pero percibió algo extraño: los muchachos eran otros e incluso el devaneo de su cintura se había endurecido y en su caminar arrastraba los pies. Nunca pudo echarse de la boca el sabor a cosa quemada que le provocaba náuseas cada vez que esos grillos endiablados, los muchachos de ahora, la acosaban gritándole Brujilda, empeñados en hacerle en hacerle ver la maldad del tiempo cuando se propone hacer de una rosa fresca una rosa seca

1 comentario:

Ricardo Calderón Inca dijo...

UNA BUENA DESCRIPCIÓN DE CUÁN EFÍMERA ES LA BELLEZA Y SU ARQUETÍPICA FORMA VISIONARIA DEL SER HUMANO EN RELACIÓN A SU DEFINICIÓN...
UN BUEN RELATO DE ALFORJA DE CIEGO DEL AMIGO JORGE DIAZ HERRERA...