martes, 16 de diciembre de 2008

FOLKLORE: Danzas y pallas

Luis Quiroz Amayo es un profesor de educación primaria que ha dedicado gran parte de su vida a la investigación arqueológica de los vestigios –aún no explorados- de Celendín. Quiroz Amayo tomando como instrumento de estudio la Historia pre hispánica y pre Inca, ha publicado profusamente datos novedosos sobre nuestra provincia (historia, arqueología, geología)
De Reflexiones, cuadernos de Cultura y Crítica No. 2 (Lima, 1992), Publicación del Centro de Estudios Celendinos, extraemos el siguiente artículo:

EL FOLKLORE CELENDINO
Por Luis Daniel Quiroz Amayo
Si analizamos el folklore celendino vamos ha encontrar una manifestaciones poco densas o mixtificadas por el tiempo y el contacto con la cultura peninsular, que en Celendín le dan una fisonomía propia, aun cuando subyazca un patrón cosmogónico andino. Verbigracia, la serpiente que supervive en la danza Guayabina y en la mayor parte de danzas vernaculares de vieja raigambre marañónica.

"Guayabina V", óleo por "Charro"
Si la serpiente como elemento cosmogónico supervive en la danza, también supervive en el cuento y en la mitología andina, en el cuento y el mito celendino. Por ejemplo, en la leyenda de la Pampa de la Culebra (1). Que la yuxtaposición de la cultura ha mixtificado, en determinada medida, la pureza del mito y de la danza marañónica es evidente; los elementos hispánicos son fácilmente identificables en la danza y en el cuento aparece el toro, el sombrero, el escarpín, el caballo y los elementos propios de la catolicidad.
Lo propio, lo autóctono, lo primitivo tiene un profundo y oloroso sabor marañónico. El ritmo de los shilshiles que suelen acompañar nuestra danza típica es secular y onomatopéyico, típicamente marañónico.
La serpiente en cuanto a cosmogonía del Marañón se encuentra en la lítica chavínica, que definitivamente es nuestra, en la cerámica, en la textilería, en la pintura y en la escultura panandina. Bástenos observar la Estela de Raymondi, la Piedra de Muyuk, ceramios marañónicos y chavínicos, tejidos y pictografías mochicas o restos escultóricos para evidenciar tal tesis.
El segundo elemento tipo de nuestro folklore es la personificación del demonio, del shape (2) presente y vigente en la danza de los Shapes del Potrerillo de Sorochuco.
Tal vez en la danza de los shapes contrarios a la danza de Las Pallas, haya más pureza del elemento cosmogónico que personifican. Los shapes aluden al espíritu del mal, la maldad, la fealdad, las tinieblas. Españolizada la danza expresa la impiedad.
Los Shapes de Sorochuco aparecen como representación de la impiedad y danzan y bailan impúdicamente con manifestaciones hostiles a las Pallas de la Virgen Madre Inmaculada. Las Pallas entonan cánticos de alabanza que preconizan la bienaventuranza eterna de María Inmaculada, mientras que los shapes profieren alaridos demoníacos.
La mixtificación es ostensible, Pallas y Shapes que se presentaban antaño en la procesión de la Virgen Inmaculada el 8 de diciembre, ahora se presentan en la fiesta del Patrono del caserío del Fatro-Potrerillo de Sorochuco el 15 de septiembre. La copla que evidencia el contenido manifiesta la permeabilidad del folklore andino a la influencia hispánica:
Shape de la banda
Shape de Sorochuco
Shape, shape, shape.
Existen otros elementos del folklore celendino identificables como cosmogonías de origen marañónico y andino, de las cuales nos ocuparemos en otro artículo, pero dada su persistencia sólo las mencionaremos:
El Auqui o espíritu del cerro, que produce Querencia del Cerro o Mal del Cerro, identificable o congénere con el Mal de Espanto.
En nuestro último viaje a Muyuk hemos identificado una superstición referente a la querencia del cerro, la costumbre de regalar el espíritu de cualquier indeseado a la peña o a la caverna, a los espíritus que moran dentro. Hay brujos especialistas en “sacar la querencia del cerro” o en curar el “mal del cerro”.

Notas:
(1)Ver Alfonso Peláez. Sinchi Huaqui Shawa .
(2)Ver Luis Quiroz Amayo. Estamento liguistico marañonico (inédito).

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