domingo, 25 de mayo de 2008

PERSONAJES: Alfredo Rocha Segarra

Por Jorge A. Chávez Silva “Charro”
En estos días, a raíz de la publicación de unas biografías por dos amigos sucrenses, se está discutiendo el lugar de nacimiento de Alfredo Rocha Zegarra. Para unos habría nacido en el antiguo Huauco y para otros en Celendín. Creemos que esto es irrelevante, toda vez que el distrito de Sucre está en la demarcación de la provincia. Discutir sobre esto creemos que nos traerá al recuerdo viejas rivalidades que ahora no tienen sentido.
Cuando cursaba la secundaria, llegó de unos de sus periplos nuestro pintor, Alfredo era un auténtico trotamundos, y su presencia causó impacto entre todos los pintores en ciernes que vivíamos en esa calle (Jr. Unión) entre los cuales estaban César Emilio Chávez Tejada “Foca”, Wilson Medina Bringas “Tarzán”, Tomás Pérez Tejada “Negro” y por supuesto, mis hermanos y yo. Fue una oportunidad única de seguirlo en su actitud de artista y apreciar su compromiso con el pueblo.

Interior de La Paz, Alfredo Rocha S., acuarela, cortesía de J. M. Rocha Torres.
Alfredo era un predestinado, su sensibilidad social lo llevó a ponerse al lado de los excluidos, por quienes luchó tenazmente, convirtiéndose en una piedra en el zapato de las autoridades de turno. Fue fundador del Colegio San José de Sucre, nombre que no le agradaba pues quería algo más combativo y contundente. Su actitud frontal en defensa de la verdad le granjeó el odio de algunos familiares en esa ciudad, lo que lo llevó a la curiosa actitud de cambiar la "Z" de Zegarra por la "S" y firmarse en adelante como "Segarra" y lo obligó a ir al distrito de Miguel Iglesias en donde fundó el Colegio Augusto G. Gil de Chalán.
Era polifacético en su actitud de artista, tocaba varios instrumentos, entre ellos la antara y el acordeón, y escribía poemas de honda emoción social, incursionando también en la crítica y el periodismo, desde cuyas páginas fustigó a los oportunistas y corruptos que estaban al timón de algunas instituciones celendinas.
Parte de su formación como artista lo realizó en la capital arqueológica de América. La fuerte personalidad del Cuzco fue una fuente de inspiración para los pintores del periodo indigenista que encontraron en nuestro pasado incaico los motivos para crear una corriente nacionalista en contraposición con los artistas académicos limeños que tenían puesta su mirada en Europa.
Alfredo Rocha vivió muchos años en la capital del Tahuantinsuyo confluyendo con muchos artistas de esa corriente llegados de toda la república y de países vecinos como Bolivia y Argentina. A ese momento corresponde esta acuarela de una casona del Cuzco, trabajada con la maestría de Alfredo. Son notables la transparencia y brillantez del cielo y el trato de los personajes en su quehacer cotidiano, formando parte del paisaje, junto al perro dentro del hermoso pórtico que hace el arco cuyas cornisas sugiere con leve pincelada. La pintura transunta ese aire de candidez y sosiego propios de las ciudades de nuestra serranía.
La acuarela la publicamos gracias a la colaboración de su hijo Jesús María Rocha Torres, quien nos la envía desde Madrid. El popular “Cuqui” recuerda con cariño su paso por Celendín y Lima, donde se relacionó con cierta banda de “borrachozos” shilicos que estudiaban por entonces en la UNI y vivían en el famoso “DPT2” de la calle Joaquín Capella. Si alguno de ellos quisiera escribirle tenemos a su disposición su correo electrónico, no tienen más que pedirnoslo.

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