viernes, 21 de octubre de 2011

LITERATURA: Los libros de Walter Díaz Chávez

Por Jorge Horna
Con lenguaje llano, relato lineal ajeno a técnicas literarias, Walter Hermógenes Díaz Chávez (Celendín 1928) ha publicado sus novelas cortas A la vera de la vida (Edición autoral. Lima, 2008) y El botón de oro (Lima, 2010).
A la vera de la vida es una historia relatada en primera persona que transcurre en torno a un niño, Gumercindo, que se constituye en el protagonista. Las escenas narradas están localizadas entre Balsas, puerto fluvial del Marañón, y los parajes celendinos.
El éxodo forzado por la pobreza económica, las idas y retornos de la familia de Gume (Gumercindo) en la búsqueda de esperanzas para sobrevivir, establece el entrañable vínculo con el campo, la tierra y la chacrita cultivada que apenas amengua el hambre.





Los libros de Wálter Díaz Chávez






Pero los anhelos de Gume se transforman en empeños y decisiones, sus tiernas miradas al cielo avizoran horizontes; la aventura colosal de un niño de nueve años de su edad que inicia el trayecto, solo, desde la otra “banda” (orilla, margen del río) en pos de forjar una existencia más llevadera para él y su familia. En ese sentido y siguiendo el hilo narrativo, A la vera de la vida se emparenta con el libro de relatos Huauco del sucrense Máximo Chávez Sánchez “Sachama”.
Las acciones están repletas de peripecias en los caminos rurales, en la soledad y la lejanía; felizmente la solidaridad humana de los caminantes campesinos aparece con la persistencia de siempre. Gume tiene que dialogar de igual a igual con curtidos arrieros, llevar el paso apurado de éstos.
Hospedado en casa de un amigo de viaje en la ciudad (Celendín), el personaje principal de la novela logra estudiar y trabajar, y no ceja sus esfuerzos hasta alcanzar el objetivo de trasladar también a toda su familia al lugar donde él se encuentra.
Con El botón de oro la historia narrativa prosigue. Gume, adolescente, y su familia logran con la ayuda de cercanos parientes trasladarse a la localidad de Cajamarca. Su padre encuentra trabajo estable, su madre dedicada diligentemente a los quehaceres domésticos, sus hermanos menores estudiando. Con el apoyo de su padre estudia en la universidad de Trujillo; entre el despertar amoroso, los paseos y fiestas juveniles acompañado de amigos y amigas, culmina sus estudios profesionales de Historia Natural.
Walter Díaz Chávez, ha anunciado publicar la zaga de este conjunto de novelas con el título Mis retratos literarios, este inminente libro completará la trilogía que se ha propuesto como meta.
Saboreemos la ternura, sencillez y sinceridad de este autor celendino, en los extractos de estos monólogos interiores de A la vera de la vida:
“… tengo una huella que me traspasó mi padre, la huella del trabajo, de la honradez y el respeto a los demás… (pág. 49)
… sólo siento que soy dueño de mi destino y tendré el mundo como escenario… (pág. 57)
… nosotros ya vimos cruzar el Sol varias veces por el firmamento, no esperemos que nuestro espíritu se arrincone… (pág. 70)
Tendremos que distinguir lo real de lo imaginario, ya las cuerdas de nuestro destino están templadas… (pág. 72)
… nuestras conocidas montañas llorarán con su eco nuestra partida en las silenciosas y profundas quebradas, que solíamos contemplar al amanecer y anochecer”. (pág. 75)


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