sábado, 15 de agosto de 2009

LIBRO: Manuel Sánchez Aliaga

LA PRESENTACION DE PLATICAS DEL VIENTO
Por Jorge A. Chávez Silva, “Charro”
Hablar de Manuel Sánchez Aliaga, “Mime”, es hablar de intelectualidad, de sensibilidad artística acendrada, que mana a borbotones a través de su conversación, de su amistad, de su figura, que es señera en las calles de Celendín, simpatía que incluye las riñas amicales que sostiene a su paso con diversos personajes de la ciudad.
De una persona de esa calidad y carisma no debe sorprendernos que nos salga al paso con la publicación de un libro como Pláticas del viento. Quienes conocemos a Mime a fondo esperamos, sabemos que éste será el inicio de una constante conversación con los lectores ávidos de apreciar su rica vena literaria. En efecto, en confidencia nos ha dicho que su próxima publicación será de poesía.

El libro de "Mime", ilustrado por el gran Alfredo Rocha y por "Charro".

La presentación de su libro, en Celendín, en julio, y como no podía ser de otra manera, congregó a una nutrida concurrencia ansiosa de escuchar sus palabras y de gozar de paso de una singular presentación artística en la que se alternaron oradores, declamadores, cantantes y eximios guitarristas, que contribuyeron al éxito de este acontecimiento, porque ¡qué artista celendino no es amigo y seguidor de Mime!
Las palabras de presentación estuvieron a cargo del poeta Jorge Wilson Izquierdo, quien, con esa fraternidad que existe entre artistas de la misma sensibilidad, expresó su saludo al amigo con quien compartió inquietudes literarias y periodísticas a través del tiempo. Su discurso, en su integridad, lo reproduciremos en otra entrega.
La vida de Mime, un conversador infatigable, premunido de un histrionismo poco común, está plagada de curiosas anécdotas de las que es protagonista este forjador de muchas generaciones de artistas. Su papel de promotor artístico y formador de artistas en ciernes, su creencia y fe en el talento celendino, son facetas importantes y poco conocidas de Mime.
En este sentido, Pláticas del viento es la prolongación de las charlas que sosteníamos en nuestros paseos nocturnos alrededor de la bella e histórica plaza de armas de Celendín, el pueblo que lo vio nacer, que acunó su infancia y que hoy asiste, feliz, a su nacimiento, tanto tiempo esperado, como escritor que cristaliza uno de los más caros anhelos: el de ver en letras de imprenta, y lanzarlo al mundo, su pensamiento.

El escritor, posando histriónicamente, como siempre, en su refugio del condado de San Isidro (Foto Charro).

Manuel tiene un largo ejercicio como profesor de gramática, de allí que su prosa sea elegante y discurra con la espontaneidad natural del amable viento de la tarde, que tras refrescar la colina de San Isidro, baja a la ciudad a alentar anécdotas y cuitas .
En efecto, las historias que Mime narra en su libro tienen que ver con personajes celendinos que en su momento encarnaron el espíritu del pueblo y allí se muestra como un perspicaz intérprete del espíritu de nuestra gente, sin importar en que lugar del mundo nos encontremos, porque para los celendinos el mundo nunca será ancho y ajeno.
La fantasía desbordante de tres insignes fabuladores como son don Lucho, Julio y Simodoseo, el cazador, quedan plasmadas magistralmente por Manuel como un tributo a quienes siempre creyeron que la realidad no es como realmente sucede, sino como uno quiere que sea.
Manuel Sánchez Aliaga, con la publicación de Pláticas del viento, demuestra ser uno de los más genuinos intérpretes de la creatividad, de la riqueza espiritual celendina.
Sobre el objeto en sí, la carátula del libro, por sugerencia mía, lleva una lograda acuarela del maestro Alfredo Rocha Zegarra, cedida gentilmente, desde Madrid, por su hijo Jesús María. En las páginas interiores, Mime ha tenido a bien incluir algunas ilustraciones de quien suscribe estas líneas. Gracias le doy por permitirme acompañarlo en esta otra aventura.
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