lunes, 27 de julio de 2009

PALABRAS DE AMOR POR LA PATRIA

Los constructores de versos también cantan las glorias y las tragedias de la patria. Es que el Perú es una herida que aún no cierra desde la invasión hispánica hasta nuestros días.

Aquí una minúscula muestra de enorme e intenso contenido patriótico que irradia el auténtico espíritu de lucha y entrega de los hombres y mujeres del pueblo.


José Gabriel Condorcanqui Noguera, "Túpac Amaru",

caudillo de la mayor rebelión anticolonial de sudamérica


Arenga al peruano


Mario Florián

No te sientas pequeño, hombre común peruano,

peruano de estos días: pregona tu grandeza

delante de tu huésped, delante del foráneo

que llegó de muy lejos a comer en tu mesa;


que llegó de muy lejos a vivir en tu espacio,

y a hablarte de su origen y a hablarte de su fuerza.

Tú desciendes del puma, tú desciendes del rayo.

Y en tus músculos duerme colosal fortaleza.


No te humilles. Despierta. Elévate, peruano.

Erígete. Ya es hora. Revive tu ejercicio

de amansador de Mundos, de Continentes Bravos,

de forjador de Imperios sobre los precipicios.


Levántate, peruano. Pisa otra vez tu tierra…

Que el horizonte vea tu figura broncínea

de semidiós, de cóndor. Despliega tu mirada,

y el poder de tus alas y tu aptitud antigua.


Vindícate en tu tierra… Porque estás en tu tierra

desde hace eternidades. Y tu tierra te adora…

¡Exprésate, peruano! ¡Exprésate de nuevo!

¡Sé heroicidad, destino! ¡Levántate! ¡Ya es hora!


Profesión y fe


Julio Carmona


Yo versificador, yo modesto

hacedor de versos: creo y escribo.


Mientras pueda esgrimir esta arma noble,

mientras pueda

extender mi mano amiga o levantarla

altiva contra el rostro

del enemigo general o

del general enemigo o contra todo

antifaz de la muerte:

he de seguir creyendo,

he de seguir escribiendo.


Y he de seguir haciéndolo, pues no temo

por mí, temo por todos y por todos

también sueño y escribo.

Porque

humilde habitante de una patria

vendida al mejor postor o a la mejor

-como dicen- inversión extranjera,

he aprendido a quererla no por esa

pródiga maravilla de su suelo

ni por la alta belleza de sus años remotos;


he aprendido

a quererla por sus manos

callosas y mendigas, por sus ríos

de ojos llorantes, por sus labios

resecos. Y por su muerte

de viles formas

he aprendido

a llorar también.


Pero he aprendido

a quererla con la voz y con los puños

y todo este cariño doloroso

lo trato de verter en cada verso.


Y aunque sea lo último que haga

sólo quiero trabajar como trabajan

los constructores del surco,

los dadores del sudor:

con humildad.


Quiero ser algo

útil en su diario trajín;

en su lucha quiero ser:

trozo de canto,

brizna de risa,

ayudadora mano.


Sólo eso me propongo.

Creo que he de lograrlo.


Héroe del pueblo


Washington Delgado


Yo construyo mi país con palabras,

digo cielo cuando miro el cielo

digo luz, agua, corazón y lo demás ignoro.


El silencio es profundo, pero amo las alturas.

Hombres son y mujeres los que alumbran mis ojos

y mi voz está con ellos como el aire en que viven.


Yo canto en las matanzas, yo bailo

junto al fuego, yo construyo

mi país con palabras.


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Mario Florián. Nació en el caserío de Nanshá, Contumazá (Cajamarca).

Julio Carmona. Oriundo de Chiclayo.

Washington Delgado. Nació en el Cusco.

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