Guillermo Oblitas Pimentel, "Juan sin Sol", presentó su poemario "Celendín en mi poesía" el día de ayer viernes 10 en la Asociación Celendina de Lima, en medio de gran concurrencia que celebró las ocurrencias originales de nuestro poeta que lleva toda una vida dedicada a cantarle a Celendín en diversos tonos. Publicamos para beneplácito de los lectores uno de los poemas que aparecen en la reciente presentación.
MAMA VIEJA
De tu fecunda y sagrada entraña
yo nací madre tierra querida
tú que eres madre y montaña
tú diste vida a mi vida;
De tu seno tome el agua cristalina
con tu clima creció mi niñez y juventud
por eso madre tierra celendina
en el mundo no habrá otra madre como tú;
En tu ande con la lluvia y con el viento
con el frió de tus jalcas y calor de tus valles
por allí caminó mi crecimiento
tropezando en tus empedradas calles;
Como olvidar tus noches de luna llena
de alegres serenatas y canciones
de obscuridad cuando el alma pena
y aún duelen los tropezones;
Mama vieja querida y venerada
vives latente en mi memoria
y siempre serás recordada
en la prez de tu gloria;
Levántate pacha mama querida
hurguemos las cenizas del fogón
hasta hallar un a chispa encendida
que devuelva el fuego a tu corazón;
Mi verso hará que tu tradición
resuene desde la cima de los montes
y ruja como el Marañón
surcando los horizontes;
Mama tierra querida ya me despido
con la angustia de no verte
y estar en tu seno donde he nacido
hasta más allá de la muerte.
De tu fecunda y sagrada entraña
yo nací madre tierra querida
tú que eres madre y montaña
tú diste vida a mi vida;
De tu seno tome el agua cristalina
con tu clima creció mi niñez y juventud
por eso madre tierra celendina
en el mundo no habrá otra madre como tú;
En tu ande con la lluvia y con el viento
con el frió de tus jalcas y calor de tus valles
por allí caminó mi crecimiento
tropezando en tus empedradas calles;
Como olvidar tus noches de luna llena
de alegres serenatas y canciones
de obscuridad cuando el alma pena
y aún duelen los tropezones;
Mama vieja querida y venerada
vives latente en mi memoria
y siempre serás recordada
en la prez de tu gloria;
Levántate pacha mama querida
hurguemos las cenizas del fogón
hasta hallar un a chispa encendida
que devuelva el fuego a tu corazón;
Mi verso hará que tu tradición
resuene desde la cima de los montes
y ruja como el Marañón
surcando los horizontes;
Mama tierra querida ya me despido
con la angustia de no verte
y estar en tu seno donde he nacido
hasta más allá de la muerte.
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