lunes, 17 de enero de 2011

18 DE ENERO DE 1911 - 2011 CIEN AÑOS DE CELEBRACIÓN

Por Jorge Horna

Conmemoremos y festejemos el hecho de que hace 100 años la Mamapacha en Andahuaylas (Apurímac) recibió primer el resuello del gran escritor José María Arguedas.

Los deslumbramientos del Ande abrieron los caminos al niño José María, y su afecto a la tierra se fue haciendo torrente de agua, roca viva, apretón de manos, abrazo de corazones con sus hermanos de las comunidades campesinas que le dieron abrigo repleto de ternura, auténtico y puro cariño. Desde entonces José María recoge la gran herencia cultural andina, el halo colectivista, el respeto a la Mamapacha y su compenetración con ella.


Y las melodías y las danzas con la porfía de la persistencia, nutrieron la sensibilidad del futuro escritor, como una manifestación de resistencia y defensa del legado que la invasión hispánica y los posteriores poderes dominantes pretendieron desaparecer. La narrativa arguediana está revestida del lirismo de la naturaleza, el desprendimiento por lo telúrico, es el mensaje de pertenencia a lo nuestro, la revelación de la realidad y el compromiso con la sociedad.

Los Ríos profundos, Agua, Yawar fiesta, Todas las sangres, El zorro de arriba y el zorro de abajo, son novelas que aportan muchos de los componentes esenciales para la forja de nuestra nación. Arguedas ausculta y denuncia los rezagos de la feudalidad en nuestro país, la injusticia social, y asume una firme posición al lado de los desposeídos, marginados y agraviados de esta nuestra patria peruana. Esboza –como debe ser- la alternativa de cambio desde la perspectiva integradora del socialismo mariateguista, un porvenir construido por todos y para todos.

Esas son las razones (o sinrazones) para que el Amauta Arguedas sea ignorado, silenciado, por quienes desde el canon oficial conservador manifiestan aún su miopía endémica.

Aquí estamos taita José María, nosotros, que como tú, tenemos el sueño de una organización social distinta para nuestra patria. Dialogaremos con la genialidad de tu palabra, cantaremos y bailaremos los huainos que rescataste para nuestro deleite, con el charango y el violín de Jaime Guardia y Máximo Damián, con los saxofones y arpas del valle del Mantaro, con la voz comprometida de Margot Palomino; beberemos chicha que es indómita agua y maíz de cosechas fraternas.

Eso haremos todo el año, y siempre, Maestro José María Arguedas Altamirano.


Lima, 17 de enero de 2011

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