VIDAL VILLANUEVA Y SU PROPUESTA POÉTICA
Por Jorge Horna
Acordamos telefónicamente encontrarnos con Vidal Villanueva, después de más de cuatro décadas, la tarde del martes 16 de diciembre pasado, en el centro de Lima; después de un reconocimiento lleno de efusividad, caminamos entre las aglomeraciones de gente y el bullicio pernicioso de los vehículos. Vidal no pierde tiempo, inicia su relato de los hechos de su vida de estudiante universitario, su formación académica, su labor profesional, sus viajes, y de tramo en tramo referencias a la tierra, nuestra tierra: Celendín. Al fin logramos enrumbar por una calle perpendicular a la avenida Abancay -menos transeúntes, menos carros-. Entramos a tomar un jugo de frutas en un modesto y acogedor restaurante.
Despercudido de remilgos y sin rodeos, abocado a lo que siempre le apasionó, Vidal da lectura con modulada voz a los poemas de los libros que ha traído para obsequiarme. Lee con la rienda suelta, a veces hace pausas para indicarme las circunstancias en que fueron escritos o para referirse a los ámbitos del lar, a los enseres hogareños, a las experiencias existenciales, símbolos significantes de su poesía.
Entregamos una muestra de los poemas de su libro Canciones de Hogar editado por la Universidad Nacional de Educación:
AUTORRETRATO
Se quemarán mis leños
en el mismo fogón
donde me retraté
en cenizas.
Los llanques
que me quedaron grandes
seguirán esperando
otro pie
que los cobije
cariñosamente.
Y otra vez,
antes de ir al colegio
me habré
peinado
nuevamente
en el espejo
del pilar,
de espaldas,
a mi amarga
experiencia.
Por Jorge Horna
Acordamos telefónicamente encontrarnos con Vidal Villanueva, después de más de cuatro décadas, la tarde del martes 16 de diciembre pasado, en el centro de Lima; después de un reconocimiento lleno de efusividad, caminamos entre las aglomeraciones de gente y el bullicio pernicioso de los vehículos. Vidal no pierde tiempo, inicia su relato de los hechos de su vida de estudiante universitario, su formación académica, su labor profesional, sus viajes, y de tramo en tramo referencias a la tierra, nuestra tierra: Celendín. Al fin logramos enrumbar por una calle perpendicular a la avenida Abancay -menos transeúntes, menos carros-. Entramos a tomar un jugo de frutas en un modesto y acogedor restaurante.
Despercudido de remilgos y sin rodeos, abocado a lo que siempre le apasionó, Vidal da lectura con modulada voz a los poemas de los libros que ha traído para obsequiarme. Lee con la rienda suelta, a veces hace pausas para indicarme las circunstancias en que fueron escritos o para referirse a los ámbitos del lar, a los enseres hogareños, a las experiencias existenciales, símbolos significantes de su poesía.
Entregamos una muestra de los poemas de su libro Canciones de Hogar editado por la Universidad Nacional de Educación:
AUTORRETRATO
Se quemarán mis leños
en el mismo fogón
donde me retraté
en cenizas.
Los llanques
que me quedaron grandes
seguirán esperando
otro pie
que los cobije
cariñosamente.
Y otra vez,
antes de ir al colegio
me habré
peinado
nuevamente
en el espejo
del pilar,
de espaldas,
a mi amarga
experiencia.
Canciones de Hogar
AUSENCIA
Al hermano José
Hermano,
esta vez
mamá se ha levantado
temprano
a escarmenar su amor.
Esta vez el fogón
ha palidecido mucho,
y nos han echado de menos
en la mesa coja.
¡Todo está callado!
Las paredes están mudas.
El quicio donde solíamos
sentarnos
medita a nombre de los
hermanos muertos.
Ya nadie juega
en el zaguán;
ya nadie pide nada.
Y mamá
sigue hilando
en su rueca,
hasta colmar su ovillo.
AYER NOMÁS
Ayer nomás
vi caer a una paloma.
Ayer nomás
vi morir
a una flor.
Ayer nomás
asesinaron
la verdad
y la vendieron
en los mercados.
Ayer sepultaron
la justicia
y le pusieron
candado
definitivamente.
Ayer estuve
presente
en tu nacimiento,
y hoy has muerto.
Hoy que todo
sigue igual,
absolutamente
TODO.
He vertido algunos rocíos desde lo más hondo al leer la poesía de Vidal Villanueva, hombre sencillo, honrado y franco, quien ha desechado pretensiones desde que vino a este mundo y no permitió que se alojaran en su alma de poeta.
Sucintos datos: Vidal Villanueva Chávez, nació en Sorochuco (Celendín); la Escuela 85 y el colegio “Javier Prado” de su tierra natal fueron testigos de sus travesuras e inquietudes. En Lima se graduó de profesor de Castellano y Literatura en la Universidad Nacional de Educación “La Cantuta”, donde también ejerció la docencia.
Viajó becado a Rusia, y en 1978 obtuvo el grado de Doctor (Ph.D) en Filología en el Instituto de Lingüística de la Academia de Ciencias de la URSS. Ha sido Director de la Unidad de Post grado de la UNE., profesor principal de la Universidad de Huacho, traductor, profesor visitante en universidades del África y Asia.
Ha publicado: Canciones de Hogar (1971) y Baladas de la sangre (1980).
Otra joya versificada de Canciones…:
DOMINGO DE MAYO
Una madre,
un mundo cotidiano,
latiendo.
Que todo hombre
ame a su madre,
que todo hombre
ame a su amiga,
que todo hombre
ame a su mujer.
Yo cuido a mi madre.
Está encerrada
en su mundo.
No conoce a nadie,
es tremendamente
inocente:
No sabe de la tiranía
de Franco
ni de Marcos Ana.
No sabe de lo de
Vietnam,
de Laos
y de Camboya;
No sabe de los
sanguinarios,
ni de Luther King…
Si supiera eso
se sentiría triste
y amaría menos,
estoy seguro.
Sólo sabe de su mundo,
lo entiende
a su manera,
y ama,
también a su manera.
Pero piensen
Hay un mundo inocente,
Es mejor así,
DEFINITIVAMENTE.
Al hermano José
Hermano,
esta vez
mamá se ha levantado
temprano
a escarmenar su amor.
Esta vez el fogón
ha palidecido mucho,
y nos han echado de menos
en la mesa coja.
¡Todo está callado!
Las paredes están mudas.
El quicio donde solíamos
sentarnos
medita a nombre de los
hermanos muertos.
Ya nadie juega
en el zaguán;
ya nadie pide nada.
Y mamá
sigue hilando
en su rueca,
hasta colmar su ovillo.
AYER NOMÁS
Ayer nomás
vi caer a una paloma.
Ayer nomás
vi morir
a una flor.
Ayer nomás
asesinaron
la verdad
y la vendieron
en los mercados.
Ayer sepultaron
la justicia
y le pusieron
candado
definitivamente.
Ayer estuve
presente
en tu nacimiento,
y hoy has muerto.
Hoy que todo
sigue igual,
absolutamente
TODO.
He vertido algunos rocíos desde lo más hondo al leer la poesía de Vidal Villanueva, hombre sencillo, honrado y franco, quien ha desechado pretensiones desde que vino a este mundo y no permitió que se alojaran en su alma de poeta.
Sucintos datos: Vidal Villanueva Chávez, nació en Sorochuco (Celendín); la Escuela 85 y el colegio “Javier Prado” de su tierra natal fueron testigos de sus travesuras e inquietudes. En Lima se graduó de profesor de Castellano y Literatura en la Universidad Nacional de Educación “La Cantuta”, donde también ejerció la docencia.
Viajó becado a Rusia, y en 1978 obtuvo el grado de Doctor (Ph.D) en Filología en el Instituto de Lingüística de la Academia de Ciencias de la URSS. Ha sido Director de la Unidad de Post grado de la UNE., profesor principal de la Universidad de Huacho, traductor, profesor visitante en universidades del África y Asia.
Ha publicado: Canciones de Hogar (1971) y Baladas de la sangre (1980).
Otra joya versificada de Canciones…:
DOMINGO DE MAYO
Una madre,
un mundo cotidiano,
latiendo.
Que todo hombre
ame a su madre,
que todo hombre
ame a su amiga,
que todo hombre
ame a su mujer.
Yo cuido a mi madre.
Está encerrada
en su mundo.
No conoce a nadie,
es tremendamente
inocente:
No sabe de la tiranía
de Franco
ni de Marcos Ana.
No sabe de lo de
Vietnam,
de Laos
y de Camboya;
No sabe de los
sanguinarios,
ni de Luther King…
Si supiera eso
se sentiría triste
y amaría menos,
estoy seguro.
Sólo sabe de su mundo,
lo entiende
a su manera,
y ama,
también a su manera.
Pero piensen
Hay un mundo inocente,
Es mejor así,
DEFINITIVAMENTE.
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