lunes, 15 de septiembre de 2008

POESIA: Los versos del Búho

Una muestra de la sensibilidad del poeta peruano, al menos en tiempos no muy remotos, era su compromiso con el pueblo, el hacerse cargo de su sufrimiento y denunciar al mundo su triste situación. Los versos así concebidos son un latigazo a la conciencia y nos mueven a pensar en los tantos desdichados que labran la fortuna de unos pocos. En estos versos, don Pedro García Escalante, "El Buho", denuncia el viejo drama de la explotación, al parecer irremediable, de las humildes sombrereras celendinas (NdlR) .

Entierro de Pedro A. García, "El Búho", en Huacapampa. Foto cortesía de Rubil Escalante.

INDUSTRIA SOMBRERERA
Negociantes regateros,
con los chilpes al bolsillo
cargando su costalillo
van en pos de los sombreros

Los sábados y domingos
en el Huauco y Celendín
gritones como clarín
y al comprar se hacen los “gringos”.

Ven el sombrero y revisan
como si fueran jurado,
después de calificado
ofrecen una pigricia.

Al fino lo llaman grueso
y al grueso lo llaman feo,
de este modo en regateo
el dueño sufre el proceso.

El comprador no es sincero
en este negocio lerdo,
si el vendedor dice ¡pierdo!
dice el comprador ¡no quiero!

Si el comprador vende paja
¡Pobre de la sombrerera!
Le vacían la cartera
no quieren ni oír rebaja.


El expolio de la sombrera celendina continúa. Domingo en La Alameda (foto "Charro").

Llorones para comprar
tiranos para vender:
no se puede comprender
el bien que trae el negocio
La paja se vende cara
el sombrero está barato;
¿El donde se encierra el gato
de este negocio así raro?

¡Pobre industria celendina
paga el precio y conducción
de aquesta materia prima
que viene desde el Orión!

Y es más pobre el sombrerero:
seis días a la semana
teje y mas teje el limero
y es piltrafa lo que gana.

El comprador luego apunta
con su clave “peruanito”
y al remozar el bultito,
no pone la marca justa.

Regateros y engañados
discuten el negocio
por que no hay precio forzado,
ni tarifa registrada.

Más y más la tarifa cara
por el precio y conducción
el sombrero se azhara
por la vida y construcción.

Manda lejos los sombreros
los regatones pequeños
y a otros ricos venteros
que están en pueblos sureños.

Estos le dan porcentaje
sobre facturas que mandan
más, a la mano de obraje,
por ganar, muy mal le pagan.

Porque comprando barato
y cargando a la factura
¡Los patrones son “el gato”
que vive con holgura!

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